No puedes decir no
ni evitar que mis dedos ericen tu piel al primer contacto
no puedes no escuchar
ni olvidar estas palabras que se agolpan en tu cabeza
Muérdete los labios
ni siquiera sangrando dejaran de sentir los míos
Quémate los dedos
y tu carne viva seguirá buscando paz en mi espalda
Quémate los ojos
Y no habrá otra imagen que reemplace la de tus manos sobre mi cuello
La de mis piernas rozando tus caderas
La de mis caricias buscando tu cintura
Tápate los oídos
Y no habrá grito que silencie los latidos de tu corazón
No quieres decir no
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