Sonriente

Sombras y luces en secuencia casi interminable le golpeaban la cara.
Los días agotadores eran comunes, las noches de descanso siempre cortas. Cuando viajas a diario sueles olvidar sonreírle a la gente. Lo tenía claro, y evitaba caer en ello. Era una lástima que sólo los pequeños soliesen retribuirle el gesto, pero le era suficiente. Cuando tienes hijos sabes que su sonrisa te puede borrar los momentos desagradables en un instante. Su mayor sueño era que los suyos le recordasen por ello, por su alegría. Nunca dejaba pasar la oportunidad de regalar una sonrisa. Vivir así lo reconfortaba.

1 comentarios:

mmm
es una de las buenas cosas que he leido de poetas no profesionales (sin intencion de ofender).
bastante bueno, sencillo... y cuando se lee se puede sentir candidez..

6/16/2008 4:42 PM  

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