Casi desnudo, indefenso
Pero por sobre todo torpe
Así, cuidando cada movimiento
Cada gesto, cada palabra
No sé qué hacer cuando me abrazas
Y te siento cercana, cálida
El eco de tus latidos retumbando en mi pecho
Tu sonrisa ingenua
y yo asfixiándome
Como un juego, disimulando la emoción
Mas nada hago, solo callo
Soñando con besar tu cuello
…Pero sin valor
o quizás con valor, pero sin deseo
o tal vez deseando, aunque inseguro
o seguro de desearte
y decididamente tratando de no dañar
olvidando las excusas
queriendo actuar con cautela
y atacar
a la victima precisa
a la que quiere ser atrapada
a aquella que te ataca primero
al mostrar sus heridas
al no defenderse
al buscar y exigir una oportunidad
al arrojarse a mis garras
Arrebatándome una caricia
Arrebatándome un beso.
Así nos observo, niña ingenua,
Niña triste, Femme Fatale
Tu silencio es tu arma
Rasgando Esperanzas.
Los pasos que me separan de la puerta de tu habitación
son los mismos que me acercan a la locura
a la obsesión por tu cuerpo
por tus besos, por tus gestos
y busco la manera de echarme a correr por el pasillo
y volver a mi cama, pero la tentación pesa
La suave luz que se cuela por la puerta entreabierta
no hace mas que hacer mas intensas las sombras del deseo
mientras mi mano se desliza entre la madera
arrastrándome dentro de tu cuarto, hasta tu cuerpo
Y me enfrento a tus ojos sin culpa
a la mirada casi inocente que incendia dudas
y tu cuerpo envuelto en seda se levanta casi desnudo
Adivino que el contacto del muro frío en tu espalda descubierta
busca calmar un poco tu pasión
retrasar la entrega
darte un poco de tiempo
darte valor
Y te decides
y las sabanas antes suspendidas de tu cuerpo
se resbalan por tus pechos, por tu piel por tus muslos
y mientras caminas hacia el fondo de la habitación
y tus pasos pasan de la tibieza, al frío, al calor, en orden caótico
mis miradas me arrastran tras ti
y las gotas de agua que comienzan a cubrirte
pronto se acompañan con gotas de sudor
que se desvanecen y diluyen ente nuestros cuerpos
la culpa se atraganta por un momento
y respiro casi tranquilo, mientras mis besos recorren tu cuerpo.
No puedes decir no
ni evitar que mis dedos ericen tu piel al primer contacto
no puedes no escuchar
ni olvidar estas palabras que se agolpan en tu cabeza
Muérdete los labios
ni siquiera sangrando dejaran de sentir los míos
Quémate los dedos
y tu carne viva seguirá buscando paz en mi espalda
Quémate los ojos
Y no habrá otra imagen que reemplace la de tus manos sobre mi cuello
La de mis piernas rozando tus caderas
La de mis caricias buscando tu cintura
Tápate los oídos
Y no habrá grito que silencie los latidos de tu corazón
No quieres decir no
me acerco a ellas buscando tu olor
deseando que estas ropas estorbaran
que tus manos luchasen por quitarlas
y sentirme prisionero de tus piernas
de tus dedos desabrochando mi camisa
de tus ansias de tocarme
Lentamente mi cuerpo se desnuda
y los jadeos se escurren entre mis brazos
mis respiros, mis suspiros, mis latidos
la tibieza de mi piel resbala por la cama vacía
mis propias caricias son las que recorren mi espalda
mientras mi cuerpo desnudo mira hacia la pared
y unos dedos casi ajenos se funden con mis cabellos
Siento tu cuerpo de niña frágil
tu rostro escondiéndose en mi pecho
tu cuerpo desnudo tan cerca de mi piel
una mezcla de de deseo y ternura
mi cuerpo cede a tus caricias
a tu suave mano sobre mi mejilla
al recorrido de tus dedos sobre mi pecho
al movimiento de nuestros cuerpos queriendo ser uno
a los besos que buscan callar los quejidos
aún cuando el estremecimiento de nuestros cuerpos llega hasta nuestros labios
aún cuando lagrimas cubran mis ojos
y mis uñas sigan rasguñando ésta cama aún vacía.
