Sonriente

Sombras y luces en secuencia casi interminable le golpeaban la cara.
Los días agotadores eran comunes, las noches de descanso siempre cortas. Cuando viajas a diario sueles olvidar sonreírle a la gente. Lo tenía claro, y evitaba caer en ello. Era una lástima que sólo los pequeños soliesen retribuirle el gesto, pero le era suficiente. Cuando tienes hijos sabes que su sonrisa te puede borrar los momentos desagradables en un instante. Su mayor sueño era que los suyos le recordasen por ello, por su alegría. Nunca dejaba pasar la oportunidad de regalar una sonrisa. Vivir así lo reconfortaba.

Fading

La gente decía que sus ojos no eran alegres, se lo decían en cada mirada. Pensaba en ello mientras caminaba con su cámara a cuestas. Esa melancolía que se le atascaba en la garganta le motivaba a robar trozos de vidas ajenas: El pequeño caminando por el césped, la mujer y sus bolsos sola por la vereda, el anciano y su mirada perdida en rostros de aquel vagón que nunca recordaría.
Llegando a casa todo cambiaba, esas imágenes se fundían con las que había tomado durante toda su vida, un mural de su vida anhelada. Sabía que era feliz.

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