Apetito


Miraba sus dedos como si no le perteneciesen
colgando los palillos de ellos, imaginándolos como parte de sus garras
se veía más deforme en el espejo de la mañana que en el vidrio de esa ventana
Sabía que por eso estaba solo, y nada alimentaba su alma.
Miraba las patas de sillas y mesas, una tras otra alineadas como un cienpies
y él sintiéndose sin los suyos para avanzar y caminar
Y jugueteaba con su comida
mirando sus ojos en la copa de agua
su rostro que le daba asco en el pocillo de salsa, untando, ya sin comer
mirando la caja blanca caja vacía que llevaría después
y sabía que ese era su mejor reflejo
que no le quedaba nada, por dentro ni por fuera
pero que podía poner lo que quisiese dentro
Y que por fuera, seguiría siendo un muro impoluto
y dentro de sí, en su alma.
solo las ganas de engullir ese tiempo maldito,
El hambre que tenía de si mismo, era su fortaleza.

Palabra: Caja Blanca
Contexto: Restaurante
Gracias a Pamela Melgarejo


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